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Los Lions y los Ravens reinan con permiso de los Chiefs y otras conclusiones de la Semana 7

Las ventanas de oportunidad en la NFL, las ventanas en las que tienes una opción real de aspirar a un anillo, son muy delicadas, muy frágiles y cuando menos te lo esperas se cierran en tus narices sin que puedas hacer nada. Por eso es muy importante aprovecharlas, porque de la noche a la mañana, llega una lesión importante, algo no funciona… y se acabó. Que se lo digan a los San Francisco 49ers, que durante los últimos cinco años han dominado la Conferencia Nacional, llegando a cuatro finales de conferencia y dos Super Bowls. Que se lo digan a los Bills, que en los últimos cinco años han sido el segundo equipo que más partidos ha ganado, solo por detrás de… los Kansas City Chiefs. El coco. El monstruo de la pantalla final. El protagonista de las pesadillas de dos equipos que perfectamente podrían haber salido del último lustro con algún anillo, pero que siempre se toparon con Patrick Mahomes en algún momento del camino y convirtió sus sueños de gloria en nada más que pesadillas.

Explico esto de las ventanas porque, por un lado, da la sensación que la de San Francisco se puede estar cerrando y, por otro, la que los Jets trataron de abrir incorporando a Aaron Rodgers y concediéndole todos sus deseos –fichajes de receptores, coordinador ofensivo, etc– ni siquiera se ha llegado a abrir. Incluso peligra su presencia en los Playoffs, que supondría un fracaso tremendo de ese proyecto y, al mismo tiempo, un fracaso en cuanto la recta final en la carrera del QB.

Hablando de ventanas de anillo, si hay una que está abierta de par en par, esa es la de los Detroit Lions. Nadie está demostrando un nivel de juego tan consistente y a la vez, brillante, como lo hacen los de Detroit. Por eso no deberían dudar y apostar fuerte por conseguir un Pass Rusher élite en un traspaso. Aunque eso pueda hipotecar su futuro. El momento es ahora y quién sabe cuándo volverá una ocasión como ésta. Y más para una franquicia que aún no conoce las mieles de disputar una Super Bowl en toda su historia. Ya lo hicieron los Rams, siendo agresivos y adquiriendo a Von Miller y Odell Beckham jr. y les salió muy bien, les valió un anillo. Ahora los Lions están en esa misma situación y deben ir con todo.

Detroit Lions quarterback Jared Goff (16) passes while pressured by Minnesota Vikings safety Josh Metellus (44) during the first half of an NFL football game, Sunday, Oct. 20, 2024, in Minneapolis. (AP Photo/Abbie Parr)

El mejor Jared Goff permite a los Lions dominar la NFC

Y es que, incluso sin Aidan Hutchinson, los Detroit Lions son capaces de sacar adelante compromisos a domicilio tan complicados como el de enfrentarse a los, hasta ese momento invictos, Vikings. Un grandísimo equipo que planteó una gran batalla y que, a pesar de perder, los podemos esperar llegando muy lejos este año. Pero incluso ante esa prueba, Detroit supo prosperar y lo hizo teniendo la cintura necesaria para encontrar soluciones cuando el juego de carrera no fue todo lo eficiente que nos tiene acostumbrados. La batalla estaba en los primeros downs, para poner el partido en manos de Jared Goff y eso fue lo que sucedió, fue Goff quien tuvo que marcar la diferencia para bien o para mal… Y vaya sí salió airoso. El QB de los Lions está jugando a un nivel estratosférico las últimas semanas, firmó un partido perfecto ante Seattle (18/18 pases completados), ejecutó a los Cowboys, liderando una paliza histórica en Arlington… Y ninguna de esas actuaciones estuvo a la altura del nivel al que jugó el domingo en Minneapolis. La prueba era complicadísima, porque los Vikings diseñaron el partido para poner las decisiones en sus manos, forzarle a pasar y enviar todo el calor posible a base de blitzes y presiones exóticas que pudieran confundirle. Nada más lejos de la realidad. Goff navegó la presión con maestría; no en vano es el mejor QB de la NFL contra el Blitz esta temporada, y en el examen más complicado, el de Brian Flores y todos los disfraces pre snap que prepara para sus presiones, Goff firmó un excelente 13/15 pases contra el Blitz y promedió unas 15 yardas por pase ante la presión. Supo ser paciente, no entró en pánico en las situaciones obvias de pase y utilizó el check down de manera magistral, siempre dando opciones de yardas after catch a sus receptores, utilizando a su favor todos esos jugadores que atacaban la línea de scrimmage. La presión fue muy insistente, los Vikings enviaron Blitz en 15 de los 25 pases que lanzó Goff en este partido, agresividad total y ante ella, un dominio de la situación por parte de los Lions que resultó asombroso. Es como si siempre tuvieran respuestas para los que Minnesota planteaba. Jared Goff acabó el partido con un impresionante 22/25 para 280 yardas y 4 pases de touchdown.

Que esto pase el día que tu carrera no es todo lo consistente que acostumbra es una buenísima señal y eso, que Jahmyr Gibbs firmó un puñado de carreras explosivas muy importantes, pero down a down, el juego terrestre de los Lions no aportó de la manera en la que suele hacerlo. Que incluso de esa manera, Detroit sepa sacar el partido adelante, es síntoma de equipo campeón. Por cierto, que no se nos olvide destacar a un Amon-Ra St. Brown, que no tiene reparos en trabajar los días que no le toca ser protagonista, pero que, cuando el equipo está exigido, aparece para ser la salvación una y otra vez. Su partido en Minnesota fue excelente y sus apariciones siempre muy relevantes.

Dicho esto, los Vikings demostraron, a pesar de la derrota ante un equipo que es un claro aspirante al anillo, que son un equipo digno de ser considerado para llegar muy lejos. Jugaron un gran partido, aguantaron de tú a tú e incluso supieron volver al partido cuando la desventaja era amplia. Pudimos ver a Sam Darnold jugando a un grandísimo nivel, a Aaron Jones siendo importantísimo por tierra y, por supuesto, a Justin Jefferson demostrando, una vez más, por qué es ahora mismo el mejor WR de la NFL.

No sería extraño que este partido se vuelva a repetir en los Playoffs, incluso, por qué no, en una final de conferencia. Los dos equipos tienen ese calibre.

Los Chiefs siguen jugando mal, los Chiefs siguen invictos

Los Kansas City Chiefs llegaban a este partido siendo considerados como no favoritos para ganar. ¿Récord de Patrick Mahomes cuando no es favorito? 12 victorias, 1 derrota y 1 empate. Quizá lo de no considerar favoritos a los Chiefs va a haber que revisarlo. Y más cuando no solo han ganado los 6 partidos de este arranque de temporada (algo que con Mahomes nunca habían conseguido), es que acumulan 12 victorias consecutivas desde la pasada temporada.

Y es que, es cierto, ves jugar a ese ataque y no juega bien, no brilla pero… es muy eficiente. El juego de carrera es sólido y Mahomes y Andy Reid siempre encuentran soluciones. Es un equipo que sabe salir adelante, que sabe ganar partidos. En la anterior victoria, Juju Smith-Schuster volvió de entre los muertos para sumar 130 yardas. En esta ocasión el WR que se llevó el protagonismo fue Mecole Hardman… Los Chiefs siempre encuentran la manera.

Mahomes no estuvo nada bien contra el Blitz (1 de 4 para 7 yardas), no estuvo bien en profundo (0/3 y 1 INT), pero estuvo fantástico pasando en las 10 primeras yardas, contra zona, fuera de los números y en Play Action. Aceptó lo que la defensa le ofrecía y lo explotó. Y, como pasa siempre en los partidos que Mahomes considera importantes, marcó la diferencia con sus piernas. Esa carrera de 33 yardas, en la que primero gana en velocidad a Fred Warner para doblar la esquina, después manda al suelo a Dee Winters frenando y volviendo a acelerar, supone la sentencia del partido. Que se consuma con una carrera de 1 yarda en la que colisiona contra Malik Mustapha, que llevaba todo el partido derribando jugadores de los Chiefs con placajes brutales y que en el choque con Mahomes el que se va al suelo es el safety de los 49ers.

Este ataque de los Chiefs tiene la extraña virtud de conseguir justo lo que necesita en el momento adecuado y eso tiene mucho valor.

Aunque para valor, el de la defensa de Spagnoulo, que ha conseguido crear un sistema con un equilibrio absoluto, en el que jugando con personal base, es decir con 3 LBs en el campo, todavía no ha recibo una jugada de más de 20 yardas de pase y, al mismo tiempo, consiguen afectar constantemente al QB, jugando a que adivine quién va a ir hacia adelante a perseguirlo y quién hacia atrás en cobertura. Esa flexibilidad, esa capacidad de esconder lo que va a suceder cuando el balón se ponga en juego, les está dando una enorme capacidad de dictar lo que sucede en el campo.

La realidad es que ahora mismo los Chiefs van en el asiento del conductor, tanto en su división, como en la Conferencia Americana y lo hacen, aparentemente, de una manera bastante cómoda.

San Francisco 49ers running back Jordan Mason, middle left, runs against Kansas City Chiefs safety Justin Reid, second from left, and safety Nazeeh Johnson (13) during the second half of an NFL football game in Santa Clara, Calif., Sunday, Oct. 20, 2024. (AP Photo/Jed Jacobsohn)

Alerta Roja en la Bahía, los 49ers están al borde del precipicio

Resulta obvio decir que los Kansas City Chiefs son la bestia negra de los San Francisco 49ers, con el partido del domingo, son 5 victorias consecutivas de los Chiefs ante los Niners, incluyendo dos Super Bowls y los de San Francisco no saben lo que es ganar contra Patrick Mahomes. Esto incluso queda en anécdota cuando amplías el zoom y miras la situación general de unos San Francisco 49ers que, durante los últimos años, eran el dominador de la NFC de manera indiscutible y que ahora están ciertamente lejos de los mejores equipos de la conferencia y van a tener que ganarse incluso su plaza en los Playoffs.

Las lesiones son el catalizador de todo, con McCaffrey fuera de manera indefinida y Aiyuk, fuera para toda la temporada. En lo que se traduce principalmente esto, es que se reduce de manera drástica el margen de error para este ataque y para este equipo. CMC tapaba muchísimas carencias, en la Red Zone, contra defensas individuales y lo hacía porque él siempre era el miss match, siempre provocaba el desequilibrio. Y lo que es más, siempre infundía un respeto máximo a la hora de presionar, porque las defensas sabían de la capacidad de McCaffrey para romper ese primer nivel atrapando una screen o un check down y convirtiéndolo en oro. Eso ahora no lo tienen los 49ers.

¿En que se traduce esto? En una defensa de los Chiefs forzando a Purdy a jugar contra defensas individuales cuando no cuenta con receptores capaces de generar separación. Y también en un paquete de presiones similares, retardadas y blitzes que lo volvieron loco. Se tradujo en el infierno para el QB de los Niners: 5 de 14 y 3 intercepciones contra defensa individual firmó Purdy en este partido. Shanahan no le está dando la protección del Play Action (solo dos pases completados en Play Action para 14 yardas) y Purdy, al menos en este partido, jugó muy mal: está reteniendo el balón más de la cuenta, su toma de decisiones es cuestionable y su precisión está cayendo. Pero reconozcámoslo, solo George Kittle le está ayudando.

Ahora mismo, los 49ers cuentan con un récord de 3-4 y un calendario nada sencillo por delante. La división se ha puesto cuesta arriba, con Seattle en el liderato y mejorando y el camino a Playoffs vía Wild Card tampoco está sencillo. Van a tener que apretar los dientes y mejorar mucho, si no quieren llevarse un disgusto esta temporada.

El cielo es el límite para los Packers

Jordan Love está llegando al nivel que eleva el ataque de los Packers y Matt LaFleur está consiguiendo un contexto ofensivo rico, variado y capaz de hacer daño de muchas maneras. En esta ocasión, con una defensa de Texans muy agresiva y negando el centro del campo, el recurso de las motions muy veloces pre snap, sirvió para generar superioridades y aprovechar a Romeo Doubs en un día donde Jayden Reed estuvo muy bien vigilado. Es lo bueno de tener un abanico de receptores jóvenes donde cualquiera puede aportar. Por cierto, que además Josh Jacobs anotó su primer touchdown de recepción en toda su carrera en la NFL, en la que lleva con este, seis años.

Si además la defensa empieza a ser buena, este es un equipo para tener en cuenta para todo en la Nacional, para llegar hasta el final si esto se convierte en el hábito. Este partido fue la mejor actuación defensiva de la temporada para Green Bay. Jeff Hafley quiere ser agresivo y ante los Texans puso mucho calor en la línea de scrimmage y llegó al QB de diferentes maneras: con safeties desde el slot, con Edge Rushers por dentro con twists y stunts. Por fin la presión está haciendo efecto y mejorando el resto de la defensa… porque la secundaria tuvo además un muy buen día.

Además, es muy divertido ver a Jordan Love porque arriesga y es ambicioso, no se guarda, dispara y ataca. Ahora mismo está jugando con una confianza muy alta y tiene muchas opciones válidas en ese ataque. Los Green Bay Packers juegan muy bien al football.

Stroud es fantástico, el ataque de los Texans no lo es tanto

Algo no funciona en el ataque de los Houston Texans y desde luego no es CJ Stroud, que está jugando a un nivel extraordinario. Hay problemas estructurales, que parten de una OL que no está siendo capaz de dar un buen nivel, un juego de carrera que volvió a la vida con Mixon en Lambeau Field pero que no consigue ser consistente y, sobre todo, una falta de respuestas contra la presión que hizo que la defensa de los Packers pudiera dominar este partido en muchas fases y cortocircuitar la ofensiva tejana. Como ejemplo claro de esto, los Packers lograron presionar a Stroud en el 83% de los terceros downs en este partido. Si no son capaces de proteger a su QB y conseguir un juego de carrera eficiente al mismo tiempo –cosa que todavía no ha pasado esta temporada– se van a volver previsibles y para un equipo que aspira a Super Bowl, cuando llegue la hora de la verdad y juegue para ganar o irse a casa contra los mejores equipos, esto va a ser un lastre y un problema. Es Bobby Slowik el que debe ofrecer soluciones y de momento no lo hace.

Que no se me entienda mal, los Texans son un gran equipo, su división la van a ganar cómodamente, pero para ellos el objetivo tiene que ser llegar muy lejos, a una final de conferencia o Super Bowl y estas carencias que vienen mostrando de manera regular no ayudan en absoluto.

Pittsburgh Steelers quarterback Russell Wilson (3) high fives fans after an NFL football game, Sunday, Oct. 20, 2024, in Pittsburgh. (AP Photo/Matt Durisko)

La Revelación de la Jornada: Russell Wilson

Hay que reconocerlo, el veterano QB mejoró y mucho el ataque de los Steelers. Cuando venía de varios años muy malos en Denver, su primer impacto en Pittsburgh fue excelente. Extraordinario en Play Action, diferencial en el pase profundo; Wilson sacó además lo mejor de George Pickens y eso habla muy bien del QB. Y quizá, donde más se notó la diferencia fue en la Red Zone, con Wilson demostrando tener la situación bajo control y tomando muy buenas decisiones. El salto de calidad fue evidente, y aunque no sé cómo de sostenible va a ser ese nivel, su arranque fue muy prometedor, en unos Steelers que con 5-2 son firmes candidatos a Playoffs y, por qué no, a lograr su primera victoria en postemporada desde 2017. Veremos si esa sensación de que Wilson puede aupar al ataque de los Steelers se mantiene en el tiempo.

La Decepción de la Jornada: Aaron Rodgers

Este es el fracaso de Aaron Rodgers. Y si no es capaz de enderezarlo, cuando pase el tiempo va a ser recordado así. Y cuando se marche de Nueva York y deje un solar y un equipo y una franquicia rotas, entonces es cuando de verdad nos vamos a dar cuenta del fracaso tan grande que supone esta apuesta. Aaron Rodgers no es ni la sombra del jugador que fue hace unos años y el nivel que está mostrando es bajísimo. Este es su equipo y su proyecto. No hay más que ver lo que tiene alrededor. Pidió a su gente: Randall Cobb (ya fuera del equipo), Allen Lazard y ahora, la guinda, Davante Adams. Pidió a su coordinador ofensivo, Nate Hackett (ya apartado de cantar las jugadas ofensivas en los partidos). Despidieron al entrenador. ¿Cuál va a ser la excusa ahora? ¿A quién va a culpar? Porque el que está mostrando evidentes limitaciones en su juego es él. Incapaz de nada más que pasar en corto y en rutas interiores. Espantoso pasando en profundo y fuera de los números. Solo 2/7 contra la presión, ni un pase profundo intentado (¿para qué está Davante Adams, para el juego de posesión? Eso es desaprovecharlo). Y, por supuesto, otro partido con múltiples intercepciones.

Ahora mismo los Jets están 2-5, lo que pone muy cuesta arriba sus opciones de Playoffs. Su calendario es bastante amable y todavía pueden llegar pero como no se logren clasificar, la decepción, el fracaso, va a ser muy sonado. Esta semana podrán darse un poco de tregua contra unos Patriots cuya defensa está a un bajísimo nivel, pero eso no debe esconder que este ataque tiene muchísimas carencias, muchas de ellas se refieren a una OL vieja y lenta, pero muchas de ellas también se explican partiendo de la limitaciones que tiene su actual QB, un QB llegado a Nueva York para rescatarles de la mediocridad, para llevarles a la tierra prometida y que, de momento, lo que está haciendo es cavar un hoyo aún más profundo.

MVP de la Jornada: Saquon Barkley

Barkley está sosteniendo y rescatando a los Philadelphia Eagles. En este partido en Nueva York, las cosas no estaban funcionando de arranque, hasta que Barkley comenzó a marcar el ritmo, desde que hizo su impacto en el partido, todo fue más sencillo para su equipo. Es el catalizador y, a la vez, quien sostiene esa ofensiva. 187 yardas totales desde scrimmage, 176 de carrera en 17 intentos, logrando carreras exitosas en más de la mitad de sus intentos. Esto, un día en el que el juego aéreo se quedó en apenas 70 yardas totales sumando yardas de pase y sacks, es oro puro para una ofensiva llena de dudas.

Saquon no tiene duda alguna y, además, logró la segunda mejor actuación de toda la historia de un jugador que jugaba por primera vez contra su ex equipo. Barkley les recordó a los Giants el error que cometieron no apostando por él, dejando marchar al que era el mejor jugador de esa plantilla. Ahora ha vuelto como el fantasma de las navidades pasadas, para destrozarlos y demostrar lo diferencial e imparable que puede ser cada semana.

Y además de todo, un detalle por parte de Barkley: Con la victoria ya encarrilada, su entrenador Nick Sirianni se le acerca en el banquillo y le dice "estás a 13 yardas de conseguir la mejor marca de tu carrera, me gustaría verte hacerlo" y la respuesta de Saquon fue clara, "no, estoy bien, la verdad es que prefiero que los jóvenes que no suelen jugar tengan su oportunidad". Eso también es de MVP.

Jugador Defensivo de la Semana: Brian Branch

Los Lions tienen ahora mismo un agujero tremendo en el puesto de Pass Rusher con la baja de Aidan Hutchinson. Sin él, Aaron Glenn, el coordinador defensivo de Detroit, tiene que buscar otras soluciones para presionar que puede dejar algo más expuesta la secundaria. Pero con un safety como Branch todo es más sencillo. Tapa huecos, se anticipa a lo que va a suceder antes de que suceda, es capaz de romper pases, interceptar, provocar fumbles. Juega cerca de la línea de scrimmage, en el slot y puede subir a la caja o caer al post. Lo está haciendo todo bien y se está multiplicando para que la parte trasera de la defensa de Lions esté bien protegida. Va camino de convertirse en uno de los mejores safeties de la NFL y ahora mismo es un jugador capital para los Lions.

El jugador Infravalorado de la Jornada: Geno Smith

Qué temporadón está firmando el QB de los Seahawks. Para que Seattle gane, a Geno se le está exigiendo jugar rozando la perfección y eso sucedió en Atlanta este domingo. La manera en la que navega el pocket, cómo es capaz de atacar en profundo, las buenas decisiones que está tomando, la precisión, la anticipación, el timing. Ahora mismo Geno Smith es uno de los QBs que mejor está jugando de toda la NFL esta temporada y me parece que no se le está reconociendo de la manera que merece.

MNF: Los Ravens están tomando aspecto de imparables

El mejor récord de la Americana lo tienen los Chiefs, que además demuestran que saben cómo ganar, pero si nos fijamos estrictamente en el nivel de juego, ahora mismo no hay nadie como los Ravens en esta conferencia. Han encontrado la fórmula para que las defensas rivales queden completamente expuestas, su propuesta ofensiva se ha convertido en un "elige tu veneno", es decir, elige la manera en la que quieres que te superemos. Porque lo que vimos la noche del lunes en Tampa ya lo hemos visto varias veces esta temporada: Un equipo que apuesta por tratar de parar la carrera de Derrick Henry y lo consigue durante buena parte del partido, mientras Lamar Jackson se da un festín tanto por tierra como por aire. Los Bucs optaron también por enviar muchísimo Blitz contra Lamar, que lo manejó magistralmente (11/15 para 166 yardas y 3 touchdowns). Al final, Lamar acabó con 5 touchdowns de pase y 52 yardas de carrera; solo 7 veces en la historia de la NFL un QB ha conseguido firmar en un partido 5 touchdowns de pase y más de 50 yardas de carrera, con este partido, 3 de esas 7 ocasiones son obra de Lamar Jackson. Como siga así, su tercer MVP viene de camino.

Y por supuesto, esa apuesta de los Bucs por centrarse en parar a Derrick Henry, sí funcionó durante casi tres cuartos, hasta que, como ya hemos visto en otras ocasiones, llega un momento en el que el RB de los Ravens revienta, consigue varias carreras explosivas y se va a las 176 yardas totales desde scrimmage (169 terrestres) y 1 touchdown. Da la sensación de que a Henry lo puedes contener un tiempo pero nunca del todo, al menos eso está demostrando por el momento esta temporada.

Los que están demostrando ser imparables son los Ravens, que suman cinco triunfos de manera consecutiva y nadie está encontrando la manera de detener a un ataque que puede hacer daño de muchísimas maneras distintas.

Y eso que, en este partido, los Bucs empezaron dominando en ataque, anotaron 10 puntos sin respuesta, moviendo el balón de manera muy cómoda. Cuando Mike Evans salió del partido lesionado, ese ataque se resintió. Los Ravens, cuya secundaria es quizá su mayor punto débil hasta la fecha, jugaron mucho más liberados sin la amenaza profunda de Evans y ya no encajaron más puntos hasta bien entrada la segunda mitad. De hecho, la diferencia de 10 puntos que refleja el marcador final no hace justicia a lo visto sobre el terreno de juego, los Ravens fueron muy superiores. Aunque lo de verdad preocupante para los Bucs es la lesión de Chris Godwin, que parece gravísima y seguro le va a tener fuera el resto de la temporada. Para Tampa Bay, perder a Godwin es perder a uno de sus principales argumentos ofensivos y a bien seguro lo van a echar muchísimo de menos y su baja va a afectar al nivel del equipo. Una lástima que sucediera cuando el partido ya estaba decidido y con los Bucs apretando para reducir la distancia cuando se acababa el tiempo.